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lunes, abril 29, 2024
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España deberá importar carne de pollo si sale adelante el plan de la UE

La adaptación a la nueva normativa de bienestar animal supondría un coste adicional para las granjas de tamaño medio cercano al millón de euros

España es un país que se autoabastece de carne de pollo, con unas granjas que constituyen una importante forma de diversificar la actividad en el medio rural.

Esta situación va a cambiar de forma radical si se aprueba en España la normativa sobre bienestar animal impulsada por la Unión Europea.

Con la nueva norma, España podría producir poco más de 200 millones de pollos y le faltarían unos 500 millones que habría que importar de países extracomunitarios, “donde se produce sin las mismas garantías de sanidad y calidad que ofrecemos los productores de la UE”, destaca Alexis Codesal.

Al frente de una granja en Calzada del Coto (León), Codesal denuncia “la increíble reducción de capacidad en las explotaciones de pollos de engorde que tiene intención de implantar la UE en sus estados miembros”.

Esas medidas, relacionadas con el bienestar animal, supondrían pasar de los 33 kilos de peso vivo a solo 11 por metro cuadrado, lo que “viene a reducir la capacidad de las granjas europeas a un tercio”, ya que una nave media pasaría de criar los 30.000 pollos actuales a tan solo 10.000

Ello obligaría a constituir por cada nave existente dos más, pasando en España de las 5.000 actuales a 15.000, algo que es “materialmente imposible”, según Codesal.

¿Europa renunciará a dos tercios de su producción?

Según las cifras que maneja este emprendedor, hoy España se autoabastece produciendo 700 millones de pollos al año, “siendo la exportación e importación algo residual”, mientras que, “obviamente”, el pollo nacional incrementará su precio de forma exponencial y miles de puestos de trabajo en mataderos y granjas se perderán.

“¿A cambio de qué Europa va a renunciar a dos tercios de su producción de pollo con las consecuencias que esto entraña?”, se pregunta.

Impacto socioeconómico

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha iniciado una ronda de contactos con las autoridades comunitarias y españolas para presentar un informe de impacto socioeconómico de la revisión normativa en materia de bienestar animal propuesta por la Comisión Europea.

“Queremos trasladar a las diferentes administraciones, tanto estatales como europeas, el impacto de la modificación en la normativa de bienestar animal y alertar del problema económico y de abastecimiento que puede generar. Y al mismo tiempo mostrar a los consumidores la realidad de la ganadería en España y las repercusiones que tendría en la inflación del precio de los alimentos por el aumento de los costes a los ganaderos”, ha explicado Jaume Bernis, responsable de sectores ganaderos de COAG.

Coste adicional de 140.000 euros para los productores de huevos

Entre las principales recomendaciones presentadas por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), la más impactante es la propuesta de reducir la densidad de población de pollos de engorde convencionales a un máximo de 11 kg/m².

En otras palabras, si se aplica esto significaría que la UE solicitará a los productores avícolas convencionales que realicen importantes inversiones en las granjas, mientras que el número de aves en las granjas tendrá que reducirse en un 72%.

En el dictamen de la EFSA se hacen recomendaciones similares para las gallinas ponedoras. En este caso, la implementación de las mismas requerirá altas inversiones por parte de los ganaderos, sin tener en cuenta los préstamos tomados para cumplir con las reglas establecidas antes de 2012 y aún no pagados en su totalidad.

Un ejemplo real de la inversión necesaria para una reconversión que cumpla todas las exigencias y normativas para una granja de 8.000 ponedoras, supondría un desembolso para el ganadero de 141.426,00€.

El precio de la carne de pollo se triplicaría

En un ejemplo claro de granja típica de 1.800 m2 que permite criar a 33 kg/m2, según la normativa española, supondría lo siguiente:

Actualmente, una granja de 1.800 m2 tiene una capacidad de 33.000 pollos. Según el estudio de la EFSA, la granja de 1.800 m2 pasaría a tener una capacidad de 11.000 pollos para que no se pasara de los 11 kg/m2 exigidos por la EFSA con un impacto de pérdida de 22.000 plazas de pollos.

El impacto económico, a precios actuales, sería de una bajada de una tercera parte de los ingresos para el granjero. Se entiende que la bajada de producción repercutirá en un aumento de precio desorbitado para perjuicio del consumidor, que supuestamente tendría que pagar una tercera parte más de lo que está pagando ahora.

En estos momentos, en los lineales el precio es de 3,25 €/kg el pollo entero, se estima que podría llegar a los 9,75 €/kg, casi al mismo precio que el pollo campero.

Un millón de euros

El impacto económico de recuperar esas 22.000 plazas de pollos sería aproximadamente de un millón de euros de inversión ya que, donde antes teníamos 1.800 m2 de nave, ahora necesitamos 5.400 m2. Todo esto contando con tener los permisos necesarios para edificar más naves y subsanar esas pérdidas de capacidad.

“El bienestar animal no tiene por qué mejorar con estas medidas. Las naves actuales están preparadas con sistemas de calefacción, sistemas de refrigeración y sistemas de ventilación que aseguran en todo momento y en todo tipo de circunstancias climáticas, unas condiciones óptimas de temperatura y calidad de aire. Criar a menos densidad no es sinónimo de tener estos parámetros mejor controlados”. De hecho, puede ser más difícil y costoso conseguir mantener las temperaturas de una forma adecuada”, ha subrayado Eloy Ureña, responsable del sector avícola de COAG.

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