El consumidor de aceite de oliva mantiene su fidelidad al producto, al margen de cómo evolucione su precio, mientras España no es capaz de producir todo el aceite que consume.
La Unión de Pequeños Agricultores ha analizado las diez últimas campañas y ha destacado que la comercialización va al alza, mientras la producción se ve afectada por una creciente inestabilidad.
UPA concluye que el consumidor se mantiene fiel a la grasa vegetal más saludable que existe, el aceite de oliva, y que España “marca las condiciones del mercado”, por lo que “si los precios en origen bajan, se debe únicamente a las operaciones que se hacen en nuestro país y al aprovechamiento de los especuladores”.
El responsable de la sectorial de Olivar de la organización, Cristóbal Cano, hace hincapié en las tendencias. La producción media en estas diez últimas campañas ha sido de 1,2 millones de toneladas, con grandes variaciones entre unas y otras, mientras que la media de comercialización ha ascendido a 1,42 millones de toneladas, con una línea muy clara al alza.
España va a producir este año el 40% del aceite de todo el mundo, mientras que el siguiente país en importancia estará en torno al 7%. “Por lo tanto, las condiciones actuales del mercado, en las que los precios del aceite de oliva en origen tienen una injustificada tendencia a la baja, no se pueden explicar por el nivel de comercialización y precios de dos o tres países, sino por lo que hace nuestro sector”, recalca.
El responsable de la organización agraria hace un llamamiento a las cooperativas para que tengan calma a la hora de vender “y defiendan un precio razonable” por encima de los costes de producción en el olivar tradicional, cifrado en más de 4,70 euros el kilo.
“De media, cada año se han comercializado 208.260 toneladas más que el aceite producido en España. Solo en dos campañas el nivel de comercialización no ha sido capaz de compensar el nivel de producción”, recuerda. En el último quinquenio, de media, las importaciones ascendieron a 218.180 toneladas.
Los efectos del cambio climático, la baja rentabilidad del cultivo y la elevada edad de los titulares de las explotaciones agrarias son un escollo importante para mejorar la disponibilidad de aceite, según el informe.
Además, hay que tener en cuenta que la mayor parte del olivar en España se engloba en la categoría de olivar tradicional, con pendiente elevada de las parcelas, muy difícil mecanización, y elevados costes de producción. “Por último, la disponibilidad de agua es otro factor limitante, tanto en olivar tradicional como en sistemas más intensivos”, recalcan los autores del informe.