La consultora Gesvalt ha elaborado su Informe de fincas rústicas 2024-2025, en el que destaca que el mercado de tierras agrarias afronta un proceso de consolidación, impulsado por la creciente demanda de terrenos de regadío y el aumento de la inversión en instalaciones de energías renovables.
Estos factores serán clave en la evolución del sector en un contexto de transformación agrícola y transición energética, según la compañía.
El documento estima que el mercado de fincas rústicas se mantendrá “activo”, aunque con un crecimiento moderado condicionado por la situación macroeconómica y por los eventos climáticos extremos asociados, como inundaciones o sequías.
El informe advierte de la gran incertidumbre generada por la política comercial de EEUU y el posible incremento de aranceles a la importación de productos agrícolas, que podrían agravar la situación del sector, principalmente del aceite de oliva y del vino.
Suelo de regadío
La demanda de terrenos de regadío seguirá al alza, impulsada por las plantaciones de cultivos leñosos como el pistacho, el aguacate, la almendra, el olivar, los cítricos o los viñedos.
A pesar de que estos terrenos representan el 22% de la agricultura frente al 78% de secano, las tierras de regadío generan el 65% de la producción agrícola según el Ministerio de Agricultura, lo que evidencia la productividad y eficiencia de estos terrenos.
¿Agricultura generación de energía?
Otro factor determinante en 2025 será el crecimiento de la inversión en energías renovables. En 2023, la superficie ocupada por parques solares alcanzó las 50.000 hectáreas lo que equivale al 0,2% de la superficie agraria útil del país.
El crecimiento de estos terrenos ha sido notable desde 2016, cuando la superficie de estos parques era de alrededor de 19.000 hectáreas, lo que implica un aumento del 166%.
Gesvalt estima que esta cifra siga en ascenso, impulsada por la necesidad de diversificar las fuentes de energía y cumplir con los objetivos de sostenibilidad. También respalda su pronóstico la apuesta de grandes empresas y fondos de inversión por estos terrenos estratégicos para desarrollar infraestructuras fotovoltaicas y eólicas.
El sector ganadero continuará con el crecimiento que viene experimentando desde hace años, principalmente de las explotaciones porcinas y de la producción de pollos de engorde.
2024, un año de crecimiento inversor
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en el año 2024 se produjeron 447.868 transmisiones de fincas rústicas. Las herencias y compraventas fueron los principales títulos de adquisición.
Por otro lado, las compraventas se incrementaron un 4,3% respecto al año anterior, con 155.876 transmisiones.
Las regiones líderes en número de compraventas fueron Castilla y León, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Aragón. En cambio, el menor número de transacciones se produjo en La Rioja, País Vasco y Navarra.
Este interés creciente se debe a la percepción de los inmuebles rústicos como una opción para obtener rendimientos financieros a largo plazo de forma segura, como señalan los responsables de la compañía. Por otro lado, está la necesidad de encontrar refugios de valor que protejan la inversión frente a la inflación.
Precio de la tierra en ascenso
El precio medio de la tierra para uso agrario en España aumentó en 379€/ha hasta los 9.967 €/ha en 2023 según los últimos datos estadísticos publicados por el Ministerio de Agricultura. Esto supone que el precio medio nacional de la tierra para uso agrario ascendió 3,9 % con respecto al año anterior, cuando el precio se situó en los 9.588 €/ha.
Este incremento se debe a que en 2023 subieron los precios de la tierra en 15 de las 17 comunidades autónomas. Destacan las subidas del precio de la tierra en Baleares (+8,9%) y en la Región de Murcia (+6,7 %). La repercusión positiva más importante correspondió a las tierras de Andalucía (+1,65 %) y las únicas negativas a Cantabria y País Vasco (-0,038%).
En 2023, el precio medio nacional de la tierra arable ascendió, tanto en secano (+4,7%) como en regadío (+5%). Las hortalizas al aire libre en regadío aumentaron un +4,2%, experimentando una mayor subida las hortalizas bajo invernadero, con un significativo +7,5%.
Otros aumentos en el precio de la tierra fueron los cítricos en regadío (+5,9%) y frutos secos de secano (+6,9%).