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viernes, enero 17, 2025

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«Se necesita una administración ágil y colaborativa frente a los problemas de las aguas subterráneas»

Los regantes de aguas subterráneas han redactando un manifiesto muy detallado en el que explican todas sus necesidades. El siguiente paso es la unión y el compromiso

Marta Alcaide

Regantes de aguas subterráneas de toda España se sentaron en la misma mesa los días 26 y 27 de noviembre para debatir los temas que más preocupan al sector. A pesar de las diferencias entre los diferentes territorios se alcanzó un consenso muy amplio y se redactó un manifiesto muy detallado con sus reclamaciones. Esos días se celebraba el I Encuentro Nacional de Comunidades de Regantes con Aguas Subterráneas y el IV Congreso Nacional de Regadío con Aguas Subterráneas.

“Este manifiesto es muy completo y necesario. Es hora de comprometernos y empezar a exigir. La gente está muy comprometida a seguir un orden, una responsabilidad y unas exigencias”, sentencia Jesús Ángel Lamuela, presidente de la Junta Central del Jalón.

Este congreso nacional es un encuentro clave para el sector ya que posibilitó un espacio que reunió a representantes de todo el territorio nacional y puso en valor tanto las aguas subterráneas como sus necesidades actuales. “La participación fue muy positiva. Estuvieron presentes asociaciones de aguas de toda España, incluso a nivel nacional y, aunque cada uno tenemos unas circunstancias, descubrimos que tenemos las mismas necesidades”, afirma Armando Caballero, presidente de la Asociación de Regantes de Aguas Subterráneas de Castilla y León.

Desarrollo rural y económico

En el manifiesto se expone que, en España, aproximadamente 3,6 millones de hectáreas están dedicadas al regadío, lo que representa alrededor del 20% de las tierras agrícolas del territorio nacional. El regadío es crucial para la producción alimentaria, ya que aproximadamente el 50% de la producción agrícola de España proviene de tierras de regadío.

Armando Caballero, presidente de la Asociación de Regantes de Aguas Subterráneas de Castilla y León.

El agua subterránea es un recurso clave para la agricultura en España, especialmente en regiones donde la escasez o inexistencia de agua superficial limita la capacidad de producción agrícola. Su disponibilidad permite a los agricultores establecer cultivos diversos y sostenibles, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y al desarrollo rural.

Las comunidades rurales dependen del regadío no solo para la producción de alimentos, sino también para el desarrollo económico, ya que genera empleo y contribuye a la sostenibilidad de actividades agrícolas. Además, cabe destacar que se estima que en España del 20% al 30% del agua tiene un origen subterráneo.

Preocupación de los regantes

La sobreexplotación de los acuíferos, resultado de años de gestión inadecuada de los recursos, problemas como la salinización, la contaminación por nitratos y la falta de regulación adecuada han agravado aún más la situación de las aguas subterráneas, poniendo en riesgo no solo la producción agrícola, sino también la sostenibilidad de las mismas.

Además, los regantes se enfrentan continuamente a sanciones desproporcionadas y arbitrarias impuestas por las confederaciones hidrográficas, que buscan soluciones a través de prohibiciones en lugar de identificar y fomentar alternativas efectivas que permitan la mejora y recuperación de los acuíferos.

Lo que proponen los regantes, es un enfoque que combine la innovación, la educación y la inversión en tecnologías que ayuden a mejorar la calidad y la disponibilidad de las aguas subterráneas, garantizando así recursos adecuados para el presente y el futuro. Señalan que urge un cambio de mentalidad que impulse la cooperación entre las administraciones y los regantes, buscando soluciones que prioricen el diálogo y el entendimiento mutuo sobre la imposición de sanciones.

Jesús Ángel Lamuela, presidente de la Junta Central del Jalón.

“Uno de los principales problemas del futuro de las aguas subterráneas es la energía. O hacemos algo para abaratar costes de la extracción del agua, o habrá muchos productos que no podrán ser satisfechos con agua. Ya no solo a nivel de extracción de aguas subterráneas, también respecto a las aguas superficiales”, sentencia Lamuela.

“Los productos son cada vez más baratos y la energía más cara. Hay muchos productos que no lo van a soportar. El binomio agua-energía es otro tema que se tendrá que tratar en profundidad y es un problema que afecta a los dos tipos de agua. Habrá un momento en el que no se podrá utilizar energía para sacar agua y regar”, declara Lamuela.

También han alertado sobre la falta de inversión y atención en la regeneración de estas aguas, lo que podría dificultar garantizar su suministro en el futuro.

Unidos por un fin común

Ruperto Mesas, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de Castilla-La Mancha.

“Tenemos una necesidad de unión. Todos estamos de acuerdo en lo que pensamos de los diferentes planes hidrológicos y el carácter sobredimensionado del aspecto medioambiental”, destaca Ruperto Mesas, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de Castilla-La Mancha.

“Nos enfrentamos a un reto importante: si no nos organizamos para defender nuestros intereses, el futuro es bastante oscuro”, destaca Mesas.

“Cada zona tiene sus particularidades, pero las preocupaciones, al final, son las mismas. Estas diferencias crean una unión. La gestión de cada uno es diferente, pero todos estamos buscando un mismo fin, aplicar el agua de forma racional y adaptada a las particularidades de cada sitio”, afirma Caballero.

Un plan estatal que defina las reglas del juego

Es imprescindible crear herramientas que favorezcan un mayor conocimiento e investigación en el sector. La falta de gobernanza responsable y solidaria por parte de los órganos de gestión del agua ha creado un vacío que debe ser llenado con un enfoque colaborativo y eficaz. Urge la elaboración de un plan estatal que defina las reglas del juego, proporcionando certidumbre al sector y a los agricultores. Este plan debe contemplar la participación activa de los regantes de aguas subterráneas a través de las CUAS, como entes de derecho público y núcleo principal de corresponsabilidad.

“El mensaje de la administración en cuanto a las aguas subterráneas y acuíferos es muy alarmista y nos obliga a tomar medidas inmediatas para contrarrestar este mensaje, que puede poner en peligro la explotación de estas aguas. Necesitamos unión y coordinación a nivel nacional”, sentencia Mesas.

“Habría que elaborar una regulación general para todo el territorio y una más específica para los problemas más específicos de cada territorio, como de Castilla-La Mancha”, señala Lamuela.

regadío agua remolacha León

Existe una gran diversidad dentro de los usuarios de aguas subterráneas. «Cada uno tiene situaciones específicas por lo que hay que reforzar los instrumentos de gobierno de las masas”, destaca Manuel García Quero, presidente de la Asociación Española de Usuarios de Aguas Subterráneas.

“Las aguas subterráneas se usan tanto individualmente como de forma colectiva. Son derechos individuales que afectan a un problema colectivo. Lo más importante es la gobernanza, ya que no se pueden afrontar estos problemas desde la individualidad”, señala García Quero.

Manuel García Quero.

“Es un problema transversal que afecta a todo el territorio nacional. Hay que sentarse con la administración correspondiente, de manera que se tengan en cuenta las situaciones reales. Se necesita una administración ágil y colaborativa para buscar soluciones reales a los problemas. Se requiere un esfuerzo: la autoorganización de la gobernanza, la colaboración entre los usuarios de cada cuenca y el ser conscientes de que es un problema colectivo. Cada territorio tiene una serie de problemas y tiene que establecer una gobernanza, y una vez resuelto esto, se requerirá una normativa a nivel nacional de esos usuarios”, sentencia García Quero.

Lo que está claro es que el futuro del regadío en España, y en particular el papel de las aguas subterráneas dependerá de la aplicación de políticas adecuadas que fomenten la sostenibilidad y el uso eficiente del agua, al mismo tiempo que se protege el medio ambiente y se garantizan los derechos de los agricultores.

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