Ricardo Ortega
Cerca de 14.000 viticultores y 600 bodegas integran la DOCa Rioja, la denominación más antigua de España y probablemente la que más haya progresado mientras abría puertas al conjunto del sector.
Los viticultores de este tramo del Ebro llevaban un cuarto de siglo luchando contra la filoxera cuando, en 1925, constituían la primera DO española. El objetivo era delimitar el territorio y apostar por la calidad. Su reglamento vería la luz tres años después.
Hoy sus 66.797 hectáreas sustentan este buque insignia de la viticultura española, que sigue incrementando ventas en pleno descenso mundial del consumo y que combina la innovación con esporádicos regresos a los orígenes.

El carácter de la DOCa Rioja como referente está más que demostrado. Sin ir más lejos, hoy damos por supuesta la clasificación de los vinos en función de su tiempo de crianza (Joven, Crianza, Reserva y Gran Reserva), pero fue una novedad introducida por esta DO en 1980, imitada después por muchas comarcas vitivinícolas.
La mejora continua en la forma de trabajar de viticultores y bodegueros llevó a conquistar en 1991 la condición de DO Calificada, el escalón más alto de la pirámide. Otro hito fue la denominada ‘Revolución Blanca’ de Rioja, que tuvo lugar entre los años 2008 y 2009, cuando el consejo regulador aprobó la incorporación de seis variedades de uva blanca.
De hecho, Rioja es ya la segunda denominación de España en blancos, con más de 36 millones de botellas comercializadas en 2024. Son vinos que cada vez gozan de mayor prestigio y que se han hecho un hueco en los grandes podios internacionales, arrastrados por el prestigio de sus hermanos tintos.
Otras novedades han sido la aparición de los Espumosos de Calidad de Rioja y la vuelta a las raíces con la creación de figuras como Viñedo Singular, Vino de Municipio o Vino de Zona. También destaca el impulso dado al enoturismo, que el año pasado atrajo a casi 900.000 visitantes.
Son las aportaciones que han permitido impulsar a la DOCa Rioja como “apuesta ganadora”, en palabras de su consejo regulador, que destaca un volumen de negocio anual de 1.500 millones de euros. “La DOCa Rioja ha contribuido, y sigue haciéndolo de manera decisiva, al desarrollo social y económico de la región, con 14.000 viticultores y más de 600 bodegas, y ha abierto también camino a la exportación a otras denominaciones”, recalcan desde la entidad.
Las 66.797 hectáreas de viñedo conforman un ecosistema particular que hace de DOCa Rioja un territorio casi único. 571 bodegas se reparten por 144 municipios de tres comunidades autónomas (118 en La Rioja, 18 en el País Vasco y 8 en Navarra), sin que sea justo olvidar el Ternero, enclave de Miranda de Ebro (Burgos) en la Rioja Alta.
Son cien kilómetros de diversidad los que separan los municipios de Tormantos y Alfaro, un segmento que abarca dos climas bien diferenciados (el atlántico y el mediterráneo) y una inmensidad de formas de elaborar distintas.
El ancho máximo ocupado por los viñedos es de 40 kilómetros y la altura máxima alcanzada es de 900 metros sobre el nivel del mar.
Por todo ello, el territorio de la DOCa Rioja conforma una región natural con una disposición climática y unas características geológicas que lo convierten en un lugar idóneo para el cultivo de la vid, o al menos así cabe deducirlo de las cifras registradas por sus bodegas.
Los productores de la zona destacan, además, la diversidad de los siete valles formados por otros tantos afluentes del Ebro, cada uno con su propio microclima. Diversidad de terruños y de formas de hacer el vino, y por tanto otras tantas formas de ver y entender el mundo.
Diversidad
Por la diversidad orográfica y climática se distinguen tres subzonas de producción, que son la Rioja Alta, con capital en Haro, la Rioja Alavesa y la Rioja Oriental, que ya hace años dejó de llamarse Rioja Baja.
La Rioja Alta abarca 77 municipios y 246 bodegas, además de 27.871 hectáreas de viñedo. La mayor concentración de bodegas centenarias del mundo se encuentra en la zona más occidental de la DOCa, lo que convierte a la comarca en un referente enoturístico a nivel mundial.
Rioja Alavesa. En la orilla noreste del río Ebro, con una extensión que supera los 300 kilómetros cuadrados, y en pleno País Vasco, se encuentra la Rioja Alavesa. Este mar de viñedos aúna bodegas, cosecheros históricos y arquitectura innovadora.
Un marco en el que se descubren paisajes de viñedos salpicados por pueblos medievales, sin olvidar las grandes bodegas diseñadas por arquitectos de prestigio que, al mismo tiempo, incluyen los últimos avances en innovación vitivinícola. Esta subzona abarca 236 bodegas, 18 municipios y 13.178 hectáreas de viñedo.
La Rioja Oriental, antes denominada Baja Rioja, refleja la influencia del Mediterráneo sobre la viticultura de la región. Formada por territorio riojano y navarro, se trata de una tierra que respira vino desde tiempo inmemorial.
Un lugar único en sus paisajes y también privilegiado por su fertilidad, así que destaca por su gastronomía basada en la verdura de la huerta regada por las aguas del Ebro y sus afluentes. Suma 92 bodegas repartidas en 49 municipios, con 25.191 hectáreas de vid.
Producción
El liderazgo de la DOCa Rioja en producción de vino y en ventas se sustenta al mismo tiempo en las formas de elaborar tradicionales y en la capacidad de innovación, en la versatilidad para adaptarse a los nuevos gustos y las demandas de un público cada día más amplio y diverso, que reside y consume en los cinco continentes.
El 85% del vino de la región corresponde a los tintos frescos, afrutados, de composición equilibrada, que tanta fama han dado a la región, mientras que el 15% son elaboraciones blancas y rosadas.
En 2024, la producción de uva fue de 275,6 millones de kilos, de los cuales 236,4 corresponden a uva tinta y 39,1 a variedades blancas.
Por subzonas, en la Rioja Alta se cosecharon 121,9 millones de kilos, en Rioja Alavesa 66,7 millones y en Rioja Oriental se vendimiaron 86,8, según los datos ofrecidos por el Consejo Regulador.
Las uvas tintas representan el 91% de la producción y las blancas, el 9%. Las uvas tintas se distribuyen de las siguiente manera: tempranillo 87,67% y garnacha 7,58%. El resto de tintas se distribuyen del siguiente modo: mazuelo: 2,07%, graciano: 2,15%, maturana tinta: 0,30% y otras: 0,23%.
Ventas
En su conjunto, las ventas de la DOCa Rioja crecieron un 0,63% en 2024, con más de 240 millones de litros y 328.461.466 botellas comercializadas. Son cifras nada desdeñables en un contexto internacional de descenso del consumo.
En cualquier caso, la DOCa mantiene su posición de liderazgo en el mercado nacional, en el que acapara el 30,44% del valor de las ventas realizadas.
En el mercado español la consultora especializada Nielsen confirma que se mantiene la coyuntura recesiva, con caídas en el consumo nacional. Rioja comercializó el año pasado 141,2 millones de litros en este mercado nacional, un 1,87% menos que en 2023. Esto no le impidió a la DOCa Rioja continuar siendo la denominación de referencia en España al acaparar el 26,8% de cuota en volumen vendido dentro de la piel de toro.
Exportaciones
En el ámbito internacional, donde la coyuntura es especialmente desfavorable, con un descenso en 2024 del 11,46% de las exportaciones de vino español, las ventas de Rioja en el exterior crecieron un 4,42%, con casi 99 millones de litros. Se exportó a 135 países.
Atendiendo al volumen absoluto de expediciones a los distintos mercados, destaca el positivo comportamiento en el ejercicio de 2024 de Reino Unido, principal mercado para Rioja, con un crecimiento del 12%. Los británicos compraron 32,3 millones de litros, un tercio del conjunto de las exportaciones.
A continuación se encuentra Alemania, con 11,7 millones de litros y un ligero descenso en las ventas.
Destaca la evolución positiva de Estados Unidos, segundo mercado más importante en valor para Rioja y tercero en volumen, con un crecimiento del 17%. Fueron 10,4 millones de litros. Con todo, en la actualidad es el mercado que más preocupa a los bodegueros ante las barreras comerciales que van tomando cuerpo entre la UE y el gigante norteamericano.
Plan para la Recuperación del Equilibrio
Atendiendo al comportamiento de existencias, y teniendo en cuenta los avances logrados tras la puesta en marcha, en 2023, del Plan para la Recuperación del Equilibrio, así como de la efectividad de medidas puntuales como la destilación y la cosecha en verde, lo cierto es que la DOCa Rioja mantuvo el año pasado unas cifras algo mejores que otras zonas productoras.
El director general del Consejo Regulador, José Luis Lapuente, subraya que Rioja “sigue trabajando por encontrar el equilibrio y vuelve a demostrar su fortaleza y resiliencia también en los momentos complicados”.
“En 2024 la denominación acaparó el 30% de la facturación nacional de vino de calidad y copó el 40% de la facturación de la exportación de vino de calidad”, recalca el responsable, quien destaca que Rioja “lideró el año pasado el crecimiento entre las denominaciones, con la entrega de 6 millones de contraetiquetas más, un 2% más que el año anterior.
La OIPVR (Organización Interprofesional del Vino de Rioja) aprobaba recientemente la tercera fase del Plan para la Recuperación del Equilibrio, tras los avances logrados desde su aprobación, que han supuesto la reducción de 10 millones de litros en 2023 y más de 80 millones de litros en 2024, con el objetivo de ajustar la oferta y la demanda.
La hoja de ruta cuenta con 25 medidas. Entre ellas, se mantienen las acordadas en ejercicios anteriores, como la optimización del sistema del control productivo basado en inteligencia artificial, la intensificación del control de calidad de los vinos o la reducción de la carga burocrática sobre viticultores y bodegas.
A la no solicitud del incremento de masa vegetal durante tres años y la bonificación del reinjerto de variedades tintas a blancas o tintas minoritarias, se suman también nuevas medidas como solicitar a las administraciones la posibilidad de efectuar un ajuste cualitativo e individualizado de la masa vegetal, de carácter voluntario, limitado a un máximo del 5% de la superficie de viñedo inscrito.
En ese ajuste tendrían prioridad aquellos viñedos de variedades tintas mayoritarias, de edad inferior a 30 años y con mayor potencial productivo.
Para la Promoción de Rioja serán destinados 9,3 millones de euros, el 59% del total de los recursos disponibles, asegurando la actividad promocional de la DOCa, que sigue orientada a incrementar el valor de la marca Rioja y la dinamización de ventas, según fuentes del consejo regulador.
Inteligencia artificial
La DOCa ha suscrito con el Gobierno de La Rioja el convenio para desarrollar el modelo de inteligencia artificial (IA) aplicada a la viticultura.
Rioja tiene una gran diversidad geográfica y climática a lo largo de sus 67.000 hectáreas. Esta diversidad es un factor clave para la diferenciación de los vinos de la región, pero también presenta desafíos únicos para los viticultores.
Atendiendo a esto, la herramienta de la IA se considera esencial por su precisión y capacidad para monitorizar y predecir parámetros clave en vitivinicultura. Opera analizando más de 1.600 variables que permiten incrementar en gran medida la precisión de los datos.
El empleo de este sistema predictivo permite abarcar la superficie completa de la denominación parcela a parcela, incrementando la eficiencia del modelo actual y optimizando los recursos. Buscando, en definitiva, el máximo desarrollo cualitativo del producto final en todas las fases del proceso.
El proyecto responde a la apuesta del consejo regulador por fomentar la digitalización y el acceso al conocimiento, así como la colaboración en todos los eslabones de la cadena
de valor.
El presidente del Consejo Regulador de la DOCa, Fernando Ezquerro, señala que este proyecto “nos va a ayudar a seguir apostando por la calidad con un conocimiento mucho mayor del viñedo. Nos va a dotar de una gran información para tomar decisiones que nos ayuden a realizar un mejor Rioja dentro de una viticultura sostenible”.
Por su parte, el director técnico en el Consejo Regulador de la DOCa, Pablo Franco, apunta que para “el viticultor es muy importante esta herramienta porque le permite una monitorización precisa y en tiempo real de cada parcela”.
El sector del vino constituye el 5,3% del VAB de la comunidad autónoma de La Rioja y representa el 21,2% de la actividad vitivinícola en el conjunto nacional.
¿Qué pasa en la Rioja Alavesa?
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ponía fin en noviembre de 2024 a un conflicto de ocho años, originado por la pretensión de algunas bodegas de la Rioja Alavesa de trabajar bajo el amparo de la DOP Arabako Mahastiak-Viñedos de Álava.
Para el tribunal, no estaría justificado que ese sello tuviera una existencia distinta respecto a la Rioja Alavesa, entre otras cuestiones porque “cabría inducir al error” al consumidor sobre la identidad del vino. Ese “riesgo de confusión” se causaría al permitirse la comercialización de vinos bajo dos DO diferentes pero coincidentes en la zona geográfica.
La Justicia daba así la razón al Consejo Regulador de la DOCa Rioja y ratificaba además que, ante los informes presentados por este organismo y por el Ministerio de Agricultura, ni la representación del Gobierno Vasco ni la parte codemandada (la asociación de bodegas ABRA) aportaban “elementos o argumentos sólidos” que los rebatan, según la versión ofrecida por el propio consejo regulador.
¿Qué es una Denominación de Origen Calificada?
Una denominación de origen (DO) es el nombre de una región, comarca o localidad reconocida oficialmente para designar vinos que cumplen una serie de condiciones, como haber sido elaborados en ese ámbito geográfico y con uvas procedentes de allí.
Los vinos con DO deben disfrutar de un elevado prestigio en el mercado y, ahí reside la clave, cuyas características se deban fundamentalmente a ese medio geográfico.
Para que los vinos se sitúen un paso más allá y puedan ser amparados por una Denominación de Origen Calificada (DOCa), deberán cumplir otra serie de condiciones:
-Que hayan transcurrido, al menos, diez años desde su reconocimiento como DO.
-Que se comercialice todo el vino embotellado desde bodegas inscritas y ubicadas en la zona geográfica.
-Que cuente con un sistema de control desde la producción hasta la comercialización que incluya un control físico-químico y organoléptico por lotes homogéneos.
-Está prohibida la coexistencia en la misma bodega con vinos sin derecho a la DOCa, salvo vinos de pago.
-Ha de disponer de una delimitación cartográfica, por municipios, de los terrenos aptos para producir vinos con derecho a la DOCa.
En España son solo dos comarcas vitivinícolas las que cuentan con el sello de DOCa: Rioja y el Priorat, en la provincia de Tarragona. La primera obtuvo el sello en 1991 y la catalana lo consiguió en 2000.