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sábado, junio 14, 2025
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Gran Canaria se alía con la tecnología contra la desertización

El Plan de Riego Insular permite incrementar en 4 hectómetros cúbicos la producción de agua para regadío. El Cabildo anuncia un plan de 15 millones con una joya de la corona que será de referencia internacional: el Salto de Chira

Ricardo Ortega

Más del 80% del territorio de Gran Canaria está afectado por la desertización, lo que ha llevado a multiplicar las actuaciones para garantizar el consumo humano y asegurar el agua para el riego. La superficie regable de la isla es de 17.250 hectáreas, que consumen unos 69 hectómetros cúbicos al año.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha presentado las actuaciones desarrolladas en los últimos meses y la planificación a medio plazo. Una gestión que ha permitido incrementar en 4 hectómetros cúbicos la producción de agua para riego, además de desarrollar un plan de infraestructuras para el periodo 2024-2025 que incluye inversiones por 15 millones de euros.

“El 90% del agua para consumo humano ya es desalada, sin riesgo de emergencia hídrica, pero la seguridad para el sector primario hay que pelearla día a día”, apunta Morales. Para afrontar ese “reto permanente” la isla ha reducido a una quinta parte el uso de agua de cumbre para riego, “avanzando hacia un modelo más sostenible que prioriza el uso de aguas de costa para llenar depósitos y embalses en el interior”, recalca.

Todo ello porque “es imprescindible alcanzar la seguridad hídrica y obtener las mayores cotas de soberanía alimentaria y energética en la isla”, subraya el presidente, que ha vuelto a defender el modelo de Gran Canaria como ‘ecoísla’.

Según su visión, “los cambios más profundos se producen cuando confluyen la visión, la convicción y la acción; nosotros tenemos la visión de hacia dónde queremos ir y la convicción de que tenemos que afrontar este reto para la isla”, mientras que la acción se pone de manifiesto en el plan presentado.

Entre otros datos, destaca que los cuatro hectómetros cúbicos adicionales obtenidos para el riego se han conseguido gracias a la incorporación de dos desaladoras portátiles.

Morales subraya que “el cabildo Gran Canaria trabaja junto al Consejo Insular de Agua y junto al área de Sector Primario y Soberanía Alimentaria para garantizar el agua en la isla”.

“La sequía es imparable y por lo tanto necesitamos fabricar agua, regenerar agua; generar depósitos de riego en todos los lugares del territorio y redes que conecten los recursos”, destaca el presidente del Cabildo.

¿Qué es una ecoísla?

El concepto de ‘ecoísla’ implica el empleo de energías limpias y la celebración de convenios con los productores “para que el agua de la cumbre se quede en la cumbre y utilicen el agua de costa”.

Son obras “de una enorme envergadura” que incrementan la seguridad en el territorio insular a la hora de facilitar que las personas “sigan viviendo en el mundo rural” y que haya recursos para la reforestación, así como para combatir los incendios forestales.

Las actuaciones del plan permitirán aumentar en un 10% el volumen de ‘agua industrial’, hasta alcanzar los 15,8 hectómetros cúbicos al año.

Con estos datos el Consejo Insular de Gran Canaria “se convierte en el mayor productor de agua industrial para riego de Canarias”, según Morales.

La isla cuenta con 17.250 hectáreas de regadío, que consumen 69 hectómetros cúbicos al año.

El Salto de Chira

El programa incluye diferentes actuaciones para la gestión del excedente del Salto de Chira, como la impulsión provisional de Soria-Chira por un valor de 1,1 millones de euros o el estudio de alternativas a las redes de distribución en la zona de la cumbre, cuya redacción se ha encargado a Tragsa. También se instalará una nueva red desde Chira hasta la zona de Cruz Grande.

El Salto de Chira es una central hidroeléctrica reversible, o de bombeo, que se fundamenta en aprovechar el desnivel existente entre el embalse superior (Chira) y el inferior (Soria) con el objetivo de almacenar energía renovable que no se puede aprovechar de otra manera, pero sí en forma de agua.

En 2021, el Cabildo de Gran Canaria aprobó un proyecto por el que se construye una central hidroeléctrica de 200 MW aguas abajo del embalse de Chira y que se prevé en funcionamiento en 2026. Las aguas utilizadas en la generación de energía por esta central acabarían en el embalse de Soria.

Ambos, Chira y Soria, se pueden llenar con agua desalada del mar mediante bombeo cuando haya excedente de energía en la red eléctrica, es decir, gastan energía eléctrica que sobra, y que, de lo contrario, se desperdiciaría. De este modo se pueden llenar los embalses con el objetivo de generar energía eléctrica cuando crezca la demanda, constituyendo así los embalses una central hidroeléctrica reversible

El proyecto es una respuesta para luchar contra la emergencia climática en uno de los territorios que más va a sufrir sus efectos adversos. Gran parte del territorio de Gran Canaria presenta un riesgo alto o muy alto de desertización, las calimas y las sequías son cada vez más frecuentes, el aumento del nivel del mar puede suponer un retroceso en las playas canarias de hasta 15 metros… La isla necesita soluciones urgentes.

Energías no gestionables

La energía solar y la eólica son energías no gestionables. Esto es, a diferencia del gas o el petróleo, no se puede decidir cuándo producir la energía que se necesita en un momento dado, sino que se genera cuando hay sol o viento. Esto provoca que haya ocasiones en las que se está generando mucha energía porque hay mucho viento o sol (por las noches en el caso de la eólica o los fines de semana en ambas) que no se puede utilizar porque no hay demanda suficiente y se pierde.

Actualmente se pierde en Gran Canaria en torno al 20% de la energía renovable. También ocurre al contrario: ocasiones en las que hay mucha demanda de energía pero no hay suficiente viento o sol para producirla.

La solución a este problema es el almacenamiento tanto a gran como a pequeña escala. En este caso, Salto de Chira aprovechará la energía sobrante en el sistema cuando no haya demanda suficiente para bombear agua a la Presa de Chira, donde quedará almacenada, para volver a transformar esa agua en energía a través de un salto hasta la Presa de Soria que mueve unas turbinas y genera electricidad cuando sea necesaria.

Aumentar las renovables

Salto de Chira es una infraestructura de almacenamiento y gestión de energías renovables “no gestionables”, por lo que permitirá aumentar la producción de energía solar y eólica en Gran Canaria en un 36% y conseguir así que las energías limpias supongan entre un 51% y un 70%, ayudándonos a alcanzar los objetivos marcados tanto por la Unión Europea como por el Gobierno de España, a través del Ministerio de Transición Ecológica.

Permitirá una fuerte reducción de las emisiones contaminantes de dióxido de carbono de más de un 20% y estabilizará el sistema, permitiendo eliminar los ceros energéticos. La reducción de las importaciones de combustibles fósiles ahorrará 122 millones de euros anuales de los costes de generación de energía en la isla. Además estaríamos utilizando recursos endógenos (como son el agua y las presas ya construidas) reduciendo la dependencia del exterior y avanzando en soberanía energética.

También permitirá bombear agua hacia la zona de Gran Canaria que más sufre la escasez de lluvias provocada por el cambio climático, con los consiguientes beneficios medioambientales para la reforestación, la recuperación de ecosistemas, etc. Además, el proyecto generará unos 3.500 puestos de trabajo y una inversión de cerca de 400 millones de euros.

Se trata de un proyecto público promovido por el Cabildo de Gran Canaria, a través del Consejo Insular de Aguas, propietario de las presas de Chira y Soria.

Agua desalada

Una planta potabilizadora ubicada en Santa Águeda (Arguineguín) desalará agua del mar. Cuando las centrales solares y eólicas de Gran Canaria estén produciendo más energía de la que se está consumiendo, se utilizará ese excedente para bombear esa agua hasta el embalse de Chira en el que quedará almacenado. Cuando sea necesario, porque no hay suficiente viento o sol, se dejará caer esa agua hasta el embalse de Soria, lo que impulsa unas turbinas que generarán energía limpia y renovable.

Además en este proceso se generará un excedente de unos 700.000 metros cúbicos de agua que serán utilizados para impulsar la agricultura y la ganadería en la cumbre de Gran Canaria, para la reforestación, la lucha contra los incendios forestales y, en general, para frenar la desertización de la isla, uno de los principales problemas ambientales que afronta derivados del cambio climático. “Además de los beneficios para el ecosistema que implica tener las presas llenas de agua durante todo el año”, apuntan desde el cabildo.

“No perder ni un minuto”

“El cambio climático es la crisis definitoria de nuestro tiempo y nos encontramos en la carrera contra sus consecuencias, la emergencia climática e hídrica. Es el momento de emprender acciones colectivas urgentes, no podemos perder ni un minuto más”, advierten desde la Administración isleña.

En el caso del Salto de Chira, se trata del mayor proyecto de transición energética que existe en estos momentos no solo en Gran Canaria, sino en el conjunto del archipiélago y uno de los más relevantes de Europa.

Es un proyecto estratégico que se lleva estudiando desde hace 20 años y por distintas corporaciones. El actual grupo de gobierno del Cabildo de Gran Canaria viene trabajando desde 2015 para adaptarlo a las necesidades de la ecoísla que está promoviendo, hasta convertirlo en una obra con el menor impacto ambiental posible y al servicio de la “revolución renovable” que se está impulsando en la isla.

“Este objetivo se consigue favoreciendo la penetración de energías limpias, dotando de garantía de suministro y seguridad al sistema e incrementando la disponibilidad de agua”, recalcan desde el cabildo.

Un referente internacional

Dada la dimensión y complejidad del proyecto, la intención es generalizar la información al conjunto de la población y a todas las organizaciones representativas. “Un proyecto decisivo para fortalecer la lucha contra el cambio climático, y para impulsar la sostenibilidad de la isla, necesita contar con el mayor apoyo político y social posible”, señalan las mismas fuentes.

El proyecto elaborado por el cabildo para defender este proyecto plantea las razones de urgencia y la necesidad de actuar frente a la emergencia climática e hídrica. En segundo lugar, se describen las oportunidades que aporta la central hidroeléctrica, que se describe en sus dimensiones técnicas, ambientales y económicas.

También se avanzan las mejoras del proyecto para disminuir las afecciones ambientales y se resume la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto.

“Tenemos la obligación de actuar de manera urgente para transformar nuestro modelo de desarrollo, realizando una transición ecológica con justicia y equidad social, que desarrolle nuestras potencialidades y nos convierta en una referencia internacional en el combate, mitigación y adaptación al cambio climático y en la implantación de un modelo 100% renovable”, recalcan.

En este escenario Canarias es uno de los territorios que con mayor intensidad está sufriendo y va a sufrir los efectos del cambio climático. “Nuestra salud, nuestra biodiversidad, nuestro sistema económico y hasta nuestra seguridad están en riesgo”, avisan desde el cabildo, donde se destacan dos conceptos fundamentales: mitigación y adaptación.

Mitigar significa abordar las causas del cambio climático, reduciendo o deteniendo las actividades humanas que están afectando el sistema climático. “Por ejemplo, reduciendo nuestras emisiones de gases de efecto invernadero gracias a nuestras plantas fotovoltaicas o la movilidad eléctrica”.

Al mismo tiempo, adaptar implica realizar cambios para prepararse, reducir y anular los efectos del cambio climático, “por ejemplo mejorando la gestión del agua mediante la reducción de las fugas tal como estamos haciendo con el Proyecto Aquagran o mejorando nuestra capacidad de alerta temprana y respuesta frente a los incendios a través del Proyecto Alertagran, ambos integrados en la iniciativa Gran Canaria Isla Inteligente”.

Un pacto por el agua

En esta misma línea, el Pacto Gran Canaria por el Agua “nace con un reto único: dotar al sistema de la suficiente fortaleza y flexibilidad que nos permita atender todas las necesidades de la sociedad de Gran Canaria en materia hídrica; demanda urbanas, turísticas, agrícolas, ganaderas y ambientales, en cualquier situación e independientemente del clima”.

En este sentido, el Plan Renovagua contempla la instalación de 14,5 MW de energías renovables, pone en valor el binomio agua y energía, reduciendo el coste y las emisiones asociadas al ciclo integral del agua. En la gestión eficiente de los recursos el patrimonio hidráulico insular es clave.

El Plan de Adecuación de Presas tiene por objeto actualizar las infraestructuras y adecuarlas a los mejores estándares de control y auscultación, permitiendo aumentar su funcionalidad mediante la necesaria adaptación a los nuevos escenarios climáticos.

“El Cabildo de Gran Canaria está trabajando por una sociedad climáticamente neutra para 2050, lo que significa que se absorberá al menos la misma cantidad de gases de efecto invernadero que se emitan”, se anuncia en el documento.

El Cabildo ha fomentado el autoconsumo fotovoltaico apoyando más de 400 instalaciones de particulares y micropymes en la isla, además de desarrollar la mayor red pública canaria de cargadores para vehículos eléctricos y ha iniciado la promoción de las energías renovables en sus propias instalaciones con un plan de 66 millones que nos permitirá generar el 75% de la energía que consume la institución.

Además, el Cabildo de Gran Canaria, cuenta con una Estrategia de Adaptación al Cambio Climático e impulso de la economía baja en Carbono, mediante 4 líneas estratégicas: soluciones basadas en la naturaleza, en las infraestructuras, la gobernanza y la tecnología. La estrategia contempla un total de 39 soluciones y una inversión que, hasta el horizonte temporal del año 2030, asciende a unos 148 millones de euros.

Diversificar

“Ahora bien, para garantizar que la energía renovable se convierta en la fuente de electricidad predominante de Gran Canaria en el futuro cercano, vamos a tener que diversificar todavía más nuestro sistema energético”, apuntan, para enumerar la energía solar fotovoltaica, energía eólica terrestre, eólica marina, energía de las olas, energía térmica y otras tecnologías se desarrollarán intensamente en los próximos años. “Indudablemente la expansión de la capacidad de energía renovable deberá contribuir a la producción futura más barata posible de energía verde, beneficiando a la sociedad grancanaria en su conjunto”, recalcan.

Esa diversificación de nuestro sistema energético no sería posible sin la central hidroeléctrica de Salto de Chira, puesto que las energías renovables, de naturaleza no gestionable, “requieren el apoyo de sistemas de almacenamiento para evitar pérdidas de energía y dotar de mayor eficiencia y seguridad al sistema eléctrico”.

El almacenamiento de energía, como el que realizará Salto de Chira, es el pilar fundamental de la transición energética, permite flexibilizar la producción de energía renovable y garantizar su integración en el sistema. “Es una pieza clave en la revolución renovable que estamos impulsando en la isla de Gran Canaria”, subrayan desde la Administración insular.

Este proyecto, por su finalidad de almacenamiento, “mejorará la rentabilidad de las inversiones de los pequeños y medianos empresarios del sector renovable, siendo una clara apuesta por la soberanía energética, permitiendo adoptar las mejores decisiones respecto a la generación eléctrica con nuestros potentes recursos renovables y la democratización de la generación eléctrica”, recalcan.

“Ser una ecoísla no se consigue de la noche a la mañana”, sino que “se trata de un proyecto integral que requiere de una estrategia ambiciosa que integre las soberanías energética, alimentaria e hídrica, un desarrollo económico sustentado en la innovación y el conocimiento, la generación de miles de empleos de calidad vinculados a la sostenibilidad y la justicia y equidad social”.

Garantizar la transición verde

El Salto de Chira tiene como objetivo garantizar una transición verde impulsada por una diversidad de avances tecnológicos y las energías renovables y así lograr una sociedad climáticamente neutra para 2050.

“Este es un objetivo muy ambicioso porque queremos posicionar Gran Canaria a la vanguardia mundial de la política medioambiental. La Corporación Insular quiere asegurarse de que los grancanarios y sus visitantes sigan disfrutando de acceso al aire limpio y un clima estable, al tiempo que se convierte en un banco de pruebas ideal para soluciones ecológicas”, destacan.

“Cuando nos planteamos cómo abordarlo debemos recordar que las palabras importan y que deberíamos a lo mejor referirnos al futuro con verdades desnudas: un clima asesino, un mundo bajo el agua y un futuro hipotecado”, señalan desde el cabildo.

La sustitución de la generación fósil por tecnologías de generación renovable solo será posible si se acompaña con una solución de almacenamiento que ofrezca seguridad de suministro y flexibilidad, con independencia de las condiciones horarias y climatológicas que determinan la disponibilidad de generación con recurso eólico o solar. Todo ello porque una verdadera transición energética en Gran Canaria “va a requerir el desplazamiento de la generación renovable de los periodos en los que haya recurso abundante de sol o de viento al resto de periodos en los que el recurso sea escaso”.

En el caso de este salto, el agua utilizada es la proveniente de una planta desaladora ubicada en Santa Águeda (Arguineguín) que desalará agua del mar.

La importancia de las presas

La importancia de las presas para el Cabildo de Gran Canaria queda patente con las inversiones del Plan de Adecuación de Presas, un ambicioso plan con el que actualizarán las infraestructuras, se actuará preventivamente ante su envejecimiento y se adecuarán a los mejores estándares de control.

Actualmente, desde el Consejo Insular de Aguas, se están ejecutando contratos que engloban la totalidad de las presas del Cabildo de Gran Canaria. Dentro de ese ámbito se encuentran las Presas de Chira y Soria. Mediante estudios específicos se ha concluido que presentan buen comportamiento tensional y márgenes de seguridad holgados respecto de su estabilidad general, estando garantizadas sus condiciones de seguridad estructural tanto para el uso actual como para el uso adicional concedido en los embalses.

La Presa de Soria, con una altura que iguala a los edificios de mayor altura de las islas, las torres de Santa Cruz de Tenerife, y su capacidad es equivalente a unas 13.000 piscinas olímpicas, es el depósito inferior y regulador de la central y el encargado de embalsar las aguas de lluvia y los 700.000 metros cúbicos excedentarios de la desaladora, para aumentar la garantía en la demanda de las zonas de medianías y cumbre.

El agua almacenada en el embalse superior, al dejarla caer generará la electricidad necesaria para compensar la variabilidad de las energías renovables, garantizando el máximo aprovechamiento de las energías limpias en las condiciones de seguridad que requiere nuestro delicado sistema eléctrico insular por estar aislado.

La central diseñada tiene una potencia de 200 MW que es capaz de suministrarla durante un máximo de 18 horas, es decir, puede garantizar el 36% de la demanda eléctrica en las horas de mayor consumo. Equivale a 20 millones de lámparas LED o 45.000 viviendas.

Para garantizar el almacenamiento y la integración de energía renovable no gestionable con independencia de las lluvias, las obras se complementan con la ejecución de una planta desaladora y el bombeo del agua desalada a 600 metros de altura y a lo largo de 17,5 kilómetros del barranco de Arguineguín.

Circuito hidráulico

El proyecto se divide en dos zonas principales: el centro de producción del agua desalada y la central hidroeléctrica ubicada en la zona de las presas. En la desembocadura del barranco se ubica la cántara de captación desde la que se impulsa el agua de mar hasta la desaladora. En las instalaciones se realiza el proceso mediante el cual se genera el agua desalada y el agua cargada de sales (salmuera).

Tras el proceso de desalación, el agua con la calidad para abastecimiento y compatible con los requerimientos para riego, se eleva a la presa mediante una conducción de 400 milímetros. Del mismo modo, la salmuera se incorpora nuevamente al mar mediante un difusor de última generación, un fruto del desarrollo tecnológico realizado en Canarias y que garantiza las condiciones de incorporación al blanquizal presente en la franja costera.

Para mover el agua entre los embalses y garantizar el almacenamiento, el denominado circuito hidráulico conecta la caverna con los embalses mediante túneles hidráulicos de cinco metros de diámetro.

El proyecto ha sufrido una importante transformación para integrar el 100% de renovables, aumentar su seguridad y eficacia, garantizar en todo momento su entrada en funcionamiento en el menor tiempo e incorporar la última tecnología que va a situar a Gran Canaria en la vanguardia de la ingeniería.

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